martes, 21 de julio de 2009

Fragmento filosófico-político. 5

La entrada anterior, el fragmento filosófico-político 4, amerita algunos comentarios e indicaciones de los problemas sugeridos y cuestiones que abre.
A manera de escolio, va lo siguiente:
¿La nueva sociedad (en tanto autoconstitución posible) demanda escrupulosamente, como premisa ineludible, la supresión total de toda alienación económica?, ¿La institución del socialismo debe ser "impuesta" por algún aparato trascendente a la multiplicidad social? "Impuesta", incluso por convencimiento ilustrado "mayoritario". ¿Surge esta autoconstitución social, en definitiva, como contrapartida dialéctica de la proscripción de la desapropiación capitalista?, ¿La supresión total del emprendimiento privado, que requiera mano de obra contratada, abre (mejor) las puertas a una sociedad redistributiva y justa?, ¿La "respuesta dialéctica" al agenciamiento capitalista surge necesariamente del esclarecimiento racional pedagógico?...
Aquí se abren una serie de cuestiones de ontología política, resumidas en el problema: ¿Es necesario un "centro" (total) que "conduzca" a la multiplicidad en los aspectos señalados? La respuesta afirmativa a esta cuestión se funda en la aceptación de la hipótesis (-ficción) hegeliana del MUNDO (como mejor mundo) como una UNIDAD , entendida como unidad orgánica, idealización del Espíritu absoluto total, que, habiéndose negado como unidad, multiplicándose en plurales destinos, se "reconcilian" después del drama total de la historia para "recuperar" la unidad perdida y fundante, superando así los desgarramientos de las "conciencias desventuradas" que se proponen una vida individual, independiente y autónoma.
Este organicismo "historicista", el mejor filosóficamente propuesto y distinto del esencialismo clásico, postula la unidad del mundo (como el mejor mundo posible)como logro a través del largo camino del espíritu (penoso y esforzado) después de "mil y uno" avatares y fracasos. Esta unidad se plasma objetivamente en instituciones como producto de la lucha histórica que los grupos, clases, pueblos, establecen el control y definición de la UNIDAD central (y mejor lograda). Como "síntesis" (ficción) conjuntista de las características "identitarias" (ficcional también) de una pluralidad social. Pero, en general, las entidades resultantes, propuestas como plasmación objetiva del espíritu subjetivo, tienen la tendencia (¿qué macana, no?), aunque Hegel así no lo quería, a transformarse en un conjunto de instituciones supratemporales y suprasociales. (El propio Hegel y los hegelianos inteligentes saben de la contingencia histórica de los "espíritus objetivados". Sin embargo está perspectiva, con su "ontología teleológica de la reconciliación", presupone y propone una UNIDAD previa a la histórica pluralidad que fácticamente se "re-encuentra" en la realización objetiva, por fin, del "saber absoluto". Esto funciona muy bien como utopía religiosa, pero nada tiene que ver con la insistencia de la irreductible multiplicidad).
La UNIDAD producida, aunque el hegelianismo la vea siempre en movimiento y afectada por el devenir social, adquiere (¿qué macana, no?), en general, independencia y actúa pragmáticamente como sofocador de los agenciamientos diferenciales y plurales sociales.
De este modo, la mejor ontología política que deviene de aquí, el marxismo, prescribe la subordinación de la libertad política, la construcción de un aparato total que como vanguardia (estado, partido, etc...) aglutine al conjunto y esté en mejores condiciones de oponerse a la lógica del capitalismo; construyendo la ilusión del destino del "comunismo total".
Pero (¿qué macana, no?) la pluralidad social y la libertad es irreductible a cualquier UNIDAD que se autoproclame el núcleo etico-mítico (oculto) esencial a una historia (a cualquier "drama histórico") y revelado como el ser determinado (como conquista histórica) por la hegemonía triunfante.
Sólo pragmáticamente la pluralidad social puede proponer un Uno contingente para conseguir mejores posibilidades de agenciamientos y dispositivos autoconstitutivos, sin que ese "uno", y aquí esta la clave, subsuma cualquier iniciativa individual
Sostener esta última hipótesis (lo multiple irreductible, por más pedagogía que se proponga; toda unidad una ficción de la hegemonía triunfante;...) puede echar nueva luz a las preguntas y cuestiones que abrían este fragmento.

No hay comentarios: