A Jacobo Prince, como libertario y anarquista, le fue preocupando cómo iba deviniendo la cultura política argentina en aquellos años preparatorios (1943-1945) de lo que la historia llamará el acontecimiento "peronista", y los estragos de lo que el llama "la corruptora demagogia nazifascista". En noviembre de 1944 en el Nº 75 de la revista Acción Libertaria, nuestro ilustre ácrata, se propone desmenuzar la política "nacional y popular"... de lo que se viene. Leamos a Prince y tratemos de reflexionar sobre lo que ha significado el peronismo en la cultura política argentina: "Expresión máxima de la vileza en el orden político como moral, el fascismo tiene necesidad de envilecer a los pueblos, convertirlos en plebe despreciable y abyecta, a fin de que su dominio sobre los mismos pueda tener alguna consistencia... Los caudillejos totalitarios comienzan por adular desvergonzadamente a la masa, se proclaman sus benefactores y le prometen toda clase de bienes. Pero requieren ser adulados perpetuamente, ciegamente obedecidos y exaltados como hombres providenciales... Sólo al precio de tal indignidad han de obtenerse los menguados beneficios que ofrecen al pueblo con alarde de publicidad." Leyendo a Prince vemos ya explicitamente la emergencia de una cultura política que se "funda" en un trascendentalismo de proceder y de articulación social (como en otras entradas del blog hemos expresado); los "mitoides" del peronismo irán apareciendo y anclándose en el corazón de ciertos sectores populares. La estrategia aparece clara y Prince ya en 1944 la señala: "Además, está en pleno desarrollo un vasto plan demagógico corporativista, cuyo objetivo y víctimas son los gremios obreros, plan que cuenta con la colaboración de dirigentes sindicales que actúan de entregadores y que obtienen o esperan obtener, como premio de la traición consumada, un puesto burocrático en la 'acción social' del gobierno. Su misión consiste en arrear como rebaños a centenares o millares de trabajadores ante Perón (recordemos que todavía estamos lejos del 17 de octubre de 1945, un año antes dice esto)"arrearlos" decía, "para pedirles tales o cuales mejoras, implorar su protección y benevolencia y, sobre todo, para expresar una fervorosa adhesión... a la labor realizada..."
Todo esto Prince lo viene señalando antes de la final "captura electoral" por parte de Perón. Una vez que el "movimiento" construye la red social subordinada, conformada por vastos sectores militares, sindicales, clericales y empresariales, y una vez que define su "mitología", se le abre el camino de la historia; pero de una historia "gatopardista", cambiando algo para que nada cambie; de una historia de la subordinación política, hasta el día de hoy muy dificil de superar.
En una reciente entrevista la educadora popular brasileña María Valeria Rezende decía: "Muchas veces en Latinoamérica hubo olas de movilización popular masiva, en general catalizadas por un liderazgo carismático y se han hecho algunas cosas importantes... Pero la permanencia de esas políticas tuvo cierta dificultad, ya que no había un tejido estable de organización, de expresiones diversas, autoconcientes y articuladas con los distintos intereses populares...." (Boletín Nueva Tierra, Nº 178, dic. 2008) Y termina planteando que los líderes sean producto de una "malla social" auténtica, inmanente diríamos aquí, "la punta de lanza de un proceso más amplio, ..., significa que ellos pueden caer, pero la base organizativa real no."
El peronismo es un proceso "al revés", no fue producto de un liderazgo construido desde abajo, sino desde arriba, vertical, que deja como saldo "organizaciones de base" con escasa autonomía, clausas y captadas por un movimiento político particular, hoy convertido en un conjunto de oportunistas del poder, seguidos por el infaltable "rebaño popular".
Conclusión: Observemos, que mucho antes del ascenso real del peronismo al poder ya Jacobo Prince había vislumbrado y pronosticado el devenir del que "eufemísticamente" hemos llamado "populismo argentino". Muy difícil de superar por la compacta cohesión de sus ingredientes: una mitología, que incluso tiene simpatizantes en otros sectores; un proceder político anclado en la vieja tradición judeo-cristiana del "pastoreo político", con todos sus valores; y una organización política enquistada en las organizaciones de base (especialmente los sindicatos), reproduciendo esos procederes y fortaleciendo su propio imaginario político.
Sirva este blog para aportar ideas en vistas a su superación y fuga.
miércoles, 21 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario