Para algunos, la expresión: filosofía partisana, provoca una sonrisa conmiserativa, una mala adjetivación de algo que debería resguardar sus formas académicas de producción. Para otros, constituye, una "gaya ciencia" intranscendente, y más que intempestiva, patológica.
En verdad, el nombre de este blog, no pretende construir un nuevo concepto, porque su significación es impropia, es pura barricada semiótica.... Quiere sí, afirmar una intención, tal vez la orgullosa pretensión de ir des-atando los lugares comunes del bien pensar tradicional, un hacer tanteando la de-construcción, o mejor destrucción de los fundamentos ontológicos de las formas conceptuales que adopta el discurso político-filosófico contemporáneo, que se trasunta en legitimación de determinadas prácticas políticas.
Intentando "tejer" otra symploké política significativa, capaz de leer mejor la gramática de constitución de las condiciones de producción subjetivas y biopolíticas de nuestro tiempo. Revisar y reveer nuestros pensamientos, nuestros acuerdos conceptuales bienintencionados, tanteando su captura, su "colonización", por aquellos conceptos "totales" que pregonan la renuncia de las potencias singulares en aras de una "mejor" universalidad estatal y disciplinaria. En procura de otro discurso, cautamente desplazado, de la inocencia teológica-política de aquellos que repiten: más inclusión, más estado, más "universalidad comunitaria trascendente"..., de aquellos intelectuales o publicistas, que con displicencia, sacrifican u olvidan rapidamente la particularidad, o la subsumen en un "orden universal" (kósmico) de pronta seguridad sumisa.
Guerrilla semiótica contra el imperio de una trascendencia inintencional que procura la "salvación" de los que "esperan" ser salvados. La partisanía filosófica va exigir el combate contra las "teologías políticas" de la sumisión.
Los "rapidamente ilustrados" viven en la inercia moderna de despachar la quimérica sumisión religiosa; les gusta pasarse prontamente de "bando", haciéndose "laicos" combatientes contra las supersticiones. Pero le hacen un guiño a la "bestia triunfante" de un tipo de pensamiento ilustrado que reivindica la trascendencia "salvífica" y moral de las regulaciones normativas excepcionales, lo que algunos llaman el "estado permanente de excepción".
Por nuestros "pagos" hay mucha tierra fértil para las semillas de la servidumbre voluntaria. El triunfo hegemónico del esencialismo nacional-católico permeó hasta los más insospechados rincones de la contracultura anticapitalista, creando el "antibiotico semiótico" (anti-libertario) que activa la frase: ojo, no seas "gorila"!!!
Al dialectizar, se cae en la propuesta de otra sumisión, ahora menos abonada de metáfora pastoriles pero más extraviadas de las diferencias subjetivas históricamente constituidas.
Conviene desertar de esa dialéctica hacia una producción filosófica capaz de reivindicar la inmanencia de las singularidades.
martes, 7 de septiembre de 2010
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