Los coprófagos del ideario esencialista e idealista gustan predicar la pasividad subordinada, más acorde, dicen, a la perfección del deber-ser moral y político, definen la potencia por el acto-sido y producido, lo ya dado es lo esencial superyoico como deber ser auténtico. Cualquier disrupción es desnaturalización. Se trata de habitar en UN territorio, se trata de reivindicar UNA identidad como núcleo ético-mítico.
Contrario y opuesto ontológicamente se propone el pensamiento libertario moderno. Va a afirmar la potencia del ser en tanto acción "del porvenir". La libertad, antes que anomalía, será entendida como empresa constituyente. Hasta aquí muy burguesa la cosa... Después vendrá la crítica anti-burguesa al afirmar que "la potencia del capital" tiene como fuente el antagonismo de clase y la subsunción del trabajo vivo.
Sin embargo, cierto pensamiento político moderno, arrastrando metáforas pastoriles, detritos de la pasividad, quedan anclados en un universalismo abstracto, depotenciando la auto-constitución de la sociedad civil en la justificación de la autonomía de la política. Cosa que se expresa de diversas maneras: vanguardias iluminadas o representaciones populistas de turno, por ejemplo.
El pensamiento libertario invita a la potencia intencional de los individuos y de los colectivos sin subordinaciones trascendentales.
Al contrario, cuando la constitución política es altamente inintencional se abre "la cancha" para las ficciones totales, para que elites o mafias populistas se encaramen como depositarios de las potencias que alienan.
Claro, el problema teórico-práctico aparece solo: ¿Cómo intencionalizar la constitución política en el contexto de una sociedad de masas acostumbrada a las metáforas pastoriles? La línea de los filósofos italianos contemporáneos nos ayudan a pensar la cuestión (Virno, Negri, etc...)
Pero la cosa no es tan sencilla de resolver en una sociedad como la Argentina que se debate (y no en términos deliberativos) entre algunos "incluidos", gracias a los restos del desarrollismo populista, los "excluidos" que resisten y los "excluidos" capturados por el sistema clientelar del populismo de turno. Este contexto invita más al fragmento que a la articulación...
jueves, 25 de marzo de 2010
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