Vayan algunas proposiciones, a modo de tímidas hipótesis, para intentar comprender la inercia paradigmática de las gestiones educativas al reducir y minimizar la presencia de la filosofía en las instituciones escolares, secundarias y superiores.
Proposición 1. Se considera, por parte de las gestiones educativas hegemónicas, a la apropiación de la tradición filosófica heredada un conocimiento innecesario para la adquisición de capacidades y destrezas laborales útiles e isomórficas al modo de producción capitalista; aunque se le reconozca la sólida formación cultural que reporta. Acorde a una educación en los marcos del capitalismo, se entiende a la formación filosófica con escasa capacidad para la producción de "valores de cambio".
Proposición 2. Crece la tendencia a reemplazar la práctica teórica filosófica por los espacios curriculares llamados "ciencias sociales", por considerar que estos espacios posibilitan mejor la apropiación de conceptos con alta capacidad de integración crítica, solidez empírica, y con mejores posibilidades prospectivas a la hora de proponer políticas de gestión pública o privada. Mientras se considera al ejercicio del pensamiento filosófico, en los "corrillos" del buen sentido académico, mera especulación existencial y escasa capacidad para forjar conceptos útiles y operativos para la crítica y la prospección social.
Proposición 3. El pensamiento filosófico practicado autenticamente tiene la tendencia a fugar del control de las "cofradías intelectuales" (rumflas) que hegemonizan o se proponen contrahegemonizar la praxis educativa. Razón por la cual, lo torna un poco mas incontrolable para estos sectores, por la alta capacidad crítica y anárquica que tiene.
Proposición 4. La imposición de un canon historiográfico en la enseñanza formal de la filosofía profundiza el convencimiento de que el aprendizaje de la tradición filosófica es meramente ilustrativo y de comprensión de determinadas concepciones del mundo que marcaron los desarrollos históricos. Considerando, además, a la apropiación de estos conceptos y prácticas de argumentación propios de un pensamiento metafísico inocuo para el cambio social.
Estas propisiciones requieren demostración. Sirvan para la polémica.
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1 comentario:
Partiendo desde la hipótesis 1, considero brevemente:
La educación en estas últimas décadas (si no antes), ha perdido su rol de campo, es decir que ha perdido las características que lo definen como tal (autonomía y reglas de juego propias, con fuerzas en luchas y capitales que se resuelven dentro del mismo y con perspectivas de articulación con otros campos), esta condición ya hoy en día natural de aniquilamiento de la independencia es producto de la unión estratégica de los campos económicos y políticos que en esta arista de alianza, transforman sus condiciones naturales de campo, por las condiciones de aparato, es decir se transforman en una especie de máquina aniquiladora de otros espacios y que imponen la agenda, marcando el ritmo social.
Ahora bien, desde adentro del campo educativo hay agentes que responden a este escenario y actúan en consecuencia, son (de mas está decirlo) el sector dominante del campo educativo, “el rubro” filosofía tiene en si mismo escaso peso específico (poder político propio) y pocas posibilidades de alianza con otros rubros menores del campo educativo, en consecuencia de todo lo dicho: deviene la situación actual.
Saludos.
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