(1)Irredención.
Hay redenciones trasmundanas y redenciones singulares temporales. Las primeras conducen la "esperanza" depositándola en un "destino absoluto y trascendente", denegando el aquí y ahora; subsumiendo la singularidad subjetiva en una alteridad trasmundana, en un más allá. La "redención" será total o no será, la espera está más allá de lo individual, en una "parusía" absoluta y total que ad-vendrá sólo al "fin de la historia"; de una historia a cumplirse según el diseño de un núcleo ético-mítico postulado, por una mediación magisterial, como la ortodoxia a seguir. Así, todo camino singular y contingente siempre queda referido a una historia universal cumpliéndose en el devenir del Proyecto Absoluto de la Providencia Absoluta. Las "redenciones no-absolutas" toman la historia en su inmanente singularidad; asumen el "factum" de lo contingente y procuran agenciar modos de vida felices temporales
La redención anidó tradicionalmente en las religiones y en sus sucedáneas filosofías, es su núcleo duro, sean de cualquier tipo; pero se expresa como "misión" proselitista y "eticidad a cumplir" sólo en las religiones y filosofías de tipo monoteísta. Estas religiones, en tanto dispositivos de control social trascendentes, despojan la existenciaria e inmanente "esperanza utópica" de cualquier hacer del ahora. El mundo "tiene remedio", la tragedia puede ser saldada, en tanto se sigan determinados pasos sagrados, en el aquí y ahora, en tanto se vaya tras la "huella" de los pasos del "más allá" afirmado por la mediación magisterial. Toda ortopraxis singular y diferente queda subsumida como imperfecta en tanto no se arregle a la ortodoxia.
Las redenciones no-absolutas y singulares en cambio son situadas e in-esperan lo uni-versal, se afirman en la inmanencia múltiple y diferenciada de la vida.
lunes, 23 de febrero de 2009
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